Cientos de vecinos de Otura han cumplido a pesar de la pandemia con la tradición de San Blas, patrón del municipio cuya festividad se celebra hoy, llevando sus roscas de pan a la iglesia de Nuestra Señora de la Paz para ser bendecidas.
Durante todo el día, los otureños se han acercado al templo, donde se han celebrado varias misas, para que el párroco de Órgiva-Torvizcón, el otureño David Salcedo, y el párroco de Otura, Luis Miguel Sánchez, bendigan sus roscas, como manda la tradición.
Cada 3 de febrero, el municipio de Otura coloca en el brazo a su patrón, San Blas, una rosca de pan en recuerdo a la curación de un niño que, según la leyenda, se clavó unas espinas en la garganta, y a quien el santo salvó de morir asfixiado al darle unas migas de pan.
La procesión, cancelada
“Desde entonces, los vecinos de Otura y de muchos municipios limítrofes traen sus roscas cada año a la iglesia para ser bendecidas, y participan después en la multitudinaria procesión de San Blas por las calles del municipio que este año, debido a la pandemia de coronavirus, no hemos podido celebrar”, señala el alcalde de Otura, Nazario Montes.
El regidor, acompañado de otros miembros del Equipo de Gobierno, ha visitado esta mañana la iglesia de Nuestra Señora de la Paz para cumplir con la tradición de las roscas y asistir a la misa que se celebra en honor al patrón de Otura.
Montes ha lamentado que este año la procesión se haya tenido que suspender por primera vez en la historia, pero se muestra convencido de que “el año que viene, la banda de música Villa de Otura volverá a acompañar a nuestro patrón por las calles del municipio para que los otureños le rindan homenaje”.