El pasado domingo, Otura celebró su tradicional “Función de mayo”. Esta tradición se remonta al año 1902, año marcado por una cruel sequía que arrasó las cosechas, dejando a la población en una difícil situación debido la escasez de alimentos.
Ante la falta de lluvias, Otura acudió, como tantos pueblos, a las rogativas, oraciones públicas hechas a Dios, solicitando la intercesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
A partir de ese momento el Nazareno, procesionando junto a la Inmaculada por las calles de nuestro pueblo en el mes de mayo, es una estampa que se repite año tras año, apoyada por la devoción de un pueblo que no olvida un momento difícil de su historia.
Esta vez el agua tan deseada en otro momento, impidió que la procesión saliera a las calles otureñas. Sin embargo la celebración de la solemne eucaristía con la participación del Coro de la Asociación de Música “Villa de Otura”, contó con la presencia de numerosos fieles que disfrutaron con la nota musical final a cargo de la Banda “Villa de Otura”

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